Ética Urbana. La Construcción De Un Êthos Ciudadano


La sociedad debe construirse mediante la participación de todos los seres humanos y debe hacerse considerando a las personas como lo que son y no solamente como números estadísticos como en el totalitarismo.
"Ese hombre del montón es un hombre de la masa, y la característica principal de hombre-masa no es la brutalidad y el atraso, sino su aislamiento y falta de relaciones sociales" (Cruz 13, Citado por Uribe, I). Al considerar el espacio público podemos citar lo que plantea Borja (2005 47) (Citado por Uribe, I): La calidad formal del espacio público no es una cuestión secundaria. El paisaje urbano es nuestra casa grande; si no es bonita y funcional, cómoda y agradable, estimulará comportamientos poco cívicos (...) Invertir en la calidad del espacio público, de su diseño, de su enriquecimiento y su mantenimiento nunca será un lujo, sino una justicia democrática. Cuanto más cerrada y sin espacios de expresión popular la ciudad "lacónica" contribuye a la anomia y la exclusión (id. 28). Esto se puede traducir en violencia efectuada por los más desfavorecidos por la falta de oportunidades y que son manejados por aquellos que tienen el poder.
Nuestra felicidad actual presenta una realidad en la que la historia de violencia e intolerancia son el eje para la consecución de la identidad como nación pero que obviamente está llena de fracasos en la solución esperada; la segunda realidad se manifiesta en la poca cohesión social y el bajo sentido de pertenencia. Nuestro país ha sufrido y como resultado vemos cada vez más frivolidad y consideramos al otro como un extraño, como un riesgo o alguien a quien se debe ignorar.
El hecho de que se privatice cada vez más y que el espacio público desaparezca y no hayan personas en las calles y todo esté desolado es un tema que agrava la inseguridad en vez de solucionarla y es lo que buscan los que solo se enfocan en el factor dinero y se olvidan del factor personas de una sociedad.
La inseguridad en la ciudad no surge de la diversidad humana sino de la idea de separar a los ciudadanos y dar a unos un lugar privilegiado mientras que a los otros un lugar de desconfianza y el sentimiento de que no son dignos de tenerse en cuenta para convivir con los demás.
La verdad es un fundamento clave para avanzar en esta sociedad y el conocimiento de la historia real para entender qué pasó, por qué, y cómo se puede cambiar el hoy y el mañana.
No se debe confundir tolerancia con permisividad o aceptación de la intolerancia. Cortina (2010) (Citada por Uribe, I) dice que para que las opciones sean respetables requieren el reconocimiento de un mínimo de justicia y de compromiso con la igual dignidad de las personas. El respeto y tolerancia deben ir juntos en la convivencia ciudadana. La tolerancia lleva a convivir con el otro como es y no de manera idealizada. 
Marías (2009) (citado por Uribe, I) define convivir como vivir juntos, con las personas como tales, con sus diferencias, con sus discrepancias, con sus conflictos, entre otros.

Los políticos y todo lo que el Estado proponga debe ser en acuerdo con la ciudadanía y ser incluyentes pues debido a la historia, es muy difícil que las personas confíen en las leyes que el gobierno propone desde allá arriba por más bien intencionadas que sean; por esta razón se sigue esperando acabar la violencia con más violencia, pero eso no es posible así. Mientras no haya coherencia entre nuestras palabras y nuestros actos no habrá forma de construir comunidad. Dos ingredientes deben formar parte de la receta de una comunidad justa: un êthos urbano auténtico y un espacio público de identidad y de encuentro donde sea posible el milagro de su realización. (Uribe, I 2011)


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