La intolerancia. Como consecuencia de la perdida de valores de la familia.


Un tema polémico en si, nocivo sin duda, el cual rodea nuestra cotidianidad en muchos momentos, es la intolerancia. Diariamente vemos como este problema social es la causa de diversas problemáticas como el racismo, el bullyng, las riñas, los homicidios y en el entorno familiar, de la disolución de matrimonios y desahucio por diferencia de pensamientos o comportamientos. Este fenómeno, principalmente se origina desde la construcción de la personalidad en el entorno del hogar, en el cual aprendemos a valorar a nuestro prójimo, así como a respetar diferentes aspectos que asociamos a lo que consideramos bueno o malo, sin embargo como hemos venido hablando del tema de la pérdida de valores en la familia, podemos inferir que la degradación social, económica y política ,fomenta progresivamente comportamientos negativos en las personas al adentrarlos un juicio particularmente nocivo, es decir: nuestro comportamiento en sociedad está sujeto y basado en diversos estereotipos y creencias, así como la forma en la que hacemos las cosas, trabajamos, compramos y vivimos, por otra parte cuando salimos a la calle estamos predispuestos a responder las afrentas e invasión de nuestro espacio personal de forma poco civilizada, lo cual ocasiona efectos en nuestra personalidad, que se hacen cada vez más evidentes en varios momentos de nuestro diario vivir, todo por la tendencia del egocentrismo y la relevancia del yo sobre todos los seres que nos rodean. Entre tanto podemos predecir que los comportamientos negativos que se añaden a cada episodio que vivimos dentro y fuera de casa, degrada los valores especialmente el amor por los demás y para con nuestro entorno. La discriminación por lo que nos es desconocido o diferente genera violencia, el desinterés por el bienestar de los demás en base al respeto genera violencia, por ejemplo: cuando se generan riñas en las autopistas, en los sistemas de transporte masivo, en los centros académicos en el trabajo e incluso en las relaciones sentimentales, asi como en los eventos políticos y culturales entre otros, generalmente se adquiere una postura egoísta donde solo se centra la importancia en satisfacer los intereses particulares a costa de cualquier medio y esto sin duda genera choques emocionales que exponen la esencia de las personas de cara ante las adversidades y las incompatibilidades, esto comúnmente detona en varias problemáticas que perjudican el bienestar de las personas y sus familias al ser el sistema abierto del cual entran y salen sentimientos, principios y valores que se van forjando con cada elemento que lo compone.

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