Solución a la problemática en el enfoque familiar.


Haciendo énfasis de la labor paternal en la institución familiar, un remedio contra la delincuencia se encuentra en torno a un sentimiento de responsabilidad personal, una actitud disciplinaria más estricta hacia los niños, atención a la educación de los hijos en virtudes más austeras de honestidad, confianza en, sí mismos y trato justo. Es fundamental el ejemplo de la conducta de los adultos para poder impartir valores de forma coherente.  Una buena conducta no puede esperarse de niños y jóvenes si se les perdonan hechos delictivos, desviaciones morales e innumerables deshonestidades así parezcan mínimas, o si se les imparte una educación que omite los valores estéticos, éticos y religiosos, justamente los que dan el verdadero sentido a la vida humana. Actualmente la tarea de disciplinar a un hijo se ha convertido para muchos padres una labor casi imposible. Gran parte de ellos no conocen otro medio salvo la violencia física o psicológica, y de forma contraria otros tratan a sus hijos como amigos condescendientes. Permitiéndoles todo sin consecuencia alguna. De tal manera que los primeros aprenden a rebelarse contra las figuras de autoridad por medio de la violencia y a maltratar a los demás sin crear la mínima empatía hacia el dolor ajeno, mientras los segundos carecen de límites y, por ende, no asumen responsabilidad alguna por sus actos. Estas circunstancias, se generan factores de oportunidad para la delincuencia, aprovechando la falta de un buen juicio por parte de los jóvenes que no tienen la madurez de apreciar con objetividad lo que viene a ser bueno o malo, donde las presiones sociales y económicas actúan como el detonante para que el menor infractor, vea con buenos ojos la labor de ganar dinero fácil, sin la necesidad de obedecer normas o seguir un proceso de formación que le permita obtener una vida de calidad. Entonces, decimos que es importante enfatizar en la labor de los padres como los actores primarios en moldear la personalidad de los jóvenes, sin embargo debe hacerse un control sobre ello, como mencionaba anteriormente en muchas familias, las mismas cabezas del hogar están degradadas por tanto, es importante que las instituciones educativas, las entidades del gobierno tanto legislativas como de construcción social, estén monitoreando el desempeño de las familias, a fin de aplicar estrategias para evitar que cualquier tipo de ausencia, necesidad, problemática psicológica o socioeconómica, desencadene en la descomposición del núcleo familiar, la herencia de principios vacíos o etéreos y finalmente la delincuencia fruto de un conglomerado de problemas que radican principalmente en la falta de herramientas que pueda tener la organización familiar, para formar jóvenes útiles y valiosos para la sociedad.

Comentarios